miércoles, 28 de julio de 2010

Ouch

Buscando cosas buenas, encontrando cosas malas.

Es la ley de las nubes, de entrar en su espesor y no saber bien el paso siguiente. A veces puedes avanzar, a veces caes. Y de qué manera. Te precipitas al suelo, directo, crudo, sin contemplaciones. Muerte inmediata, y por tonto, o torpe, o tonto a propósito.

Entonces es probable que ella mire el otro espejo, el horrendo, el de los conjuros y el de la maldad. Seguro él sabe que lo ven. Y aquí, el otro construyendo una torre con todo el esfuerzo de toda la historia de humanos trabajadores, y apenas recibe el reconocimiento de un perro que se detuvo a marcar territorio en la base.

Justo por estos días se buscaba la señal perfecta, y llegó. Por arte de magia se iluminó la oscuridad de la mente. Pero para conseguir la obra es necesario buscar otros aditamentos. Y vaya si hubo sorpresa en la búsqueda. Una sensación de agujas en el pecho y en el débil abdomen. Dolió ver lo que se vio, aunque Cronos diga que no, la verdad es que la luz siempre será luz hasta que deje de mostrarse, porque varios la pueden, la ven, y la seguirán viendo... hasta que alguien apague el interruptor, hasta que se den cuenta de que ciertos elementos, propios de una era, pueden afectar en demasía. Pero eso no será así, ya se sabe, ya se conoce que no. Ilusiones de exterminio. Entonces, es como si fuera el presente. Destrozos en la alcoba, miseria y vueltas en la cama.

¿Podrá, el soldadito de plomo, seguir con su empresa? Empieza a debilitarse, se le cayó el sombrerito, pero aún tiene el arma. Confía en su arma. Ojalá y no se la quiten, sería catastrófico, después de todo lo que ha conquistado.

martes, 27 de julio de 2010

Comentario

Camina campante, compra un jugo de naranja heladísimo, y lo bebe. Busca con la mirada el lugar perfecto. Lo vio. Además tiene una manta, y la camisa bien planchada. Siempre. Al llegar allí, se sienta lentamente, se cubre con la manta de cuadros azules y respira profundo mientras observa a todo el mundo a través del láser de sus ojos, ahora.

Duerme. Se relaja apoyando la espalda en la pared, cierra los ojos y quién sabe adónde irá su mente, quién sabe los caminos que recorre su frágil imaginación. Junta las piernas, cruza los brazos y se esconde bajo la sombra de un poste de luz.

Toda la gente pasa a su lado, pero ni lo toman en cuenta, es como una bolsa de basura, o algún desperdicio urbano que nunca llama la atención. Y sigue durmiendo, hasta con sonrisa incluída. Y la gente sigue pasando, nadie imagina, nadie sabe, nadie sospecha siquiera que acaba de cometer un asesinato.
Uno más, uno de esos nocturnos, que en la última palabra transforman, desgarran. Uno de esos crímenes que hacen que la tranquilidad del mar, su calidez, pureza y transparencia, terminen siendo un remolino lleno de espuma que opaca el paisaje. Así es, así es. No vale quejarse. Y toda la belleza que se sintió se empotra contra el reflejo de la fealdad y del desgano.

lunes, 19 de julio de 2010

Flotante

Un día Sísifo se cansó. 'Renuncio'. Dejó la roca en el suelo y se fue de la montaña, dejándola libre pero triste.
'Voy a ver qué hay en el mundo'. Caminó y saludaba a las personas, se compró unos dulces y sintió la emoción del azúcar dibujándole una sonrisa, por fin. 

No sabía bien qué hacer, pero yacía feliz de estar nuevamente entre los mortales, de pronto vio una mujer llorando en una banca. 'Lárgate imbécil' Sísifo, recuerda que no debes meterte en asuntos ajenos. Pero siguió y volvió a sonreír, llegó a un parque de diversiones y esta vez subió a una montaña rusa. Buena manera de burlarse de su castigo, pensó. Y se divirtió mucho salvo al final que vio a un adolescente llorando porque se asustó mucho con las vueltas y los rieles del paseo.

Llegó a un semáforo y vio a los niños pobres pidiendo limosna a lo buses y autos. Le dio cólera, se acercó 'Lárgate tonto, tú no sabes nada' y guardó la moneda que les iba a regalar. Y el que recogía basura, y el mendigo conversando con el loco, pintarrajeado de mugre y tierra. Todo lo sucio se apoderó de su mente, no encontró el palacio ni los jardines colgantes que pensó, habían, en aquellos lares.



Luego de un mes y medio de intentar alimentarse de bien, se dio por vencido. Tantos años rogó por escapar, tantas veces quiso estar como ahora, había añorado estos días como nada en su vida, luchó por ellos, sin saber cómo los consiguió y ahora ya no se sentía a gusto. 'Somos pedazos de voluntad regada por la vereda' Que tengas suerte si recoges los pedazos correctos, el rompecabezas cambia de un día para otro, será el viento, o una pisada, o los insectos nocturnos que salen a robar las sobras de la gente.

Caminó durante el día y toda la noche, sin saber su paradero exacto deambuló por las sucias calles, una ola de mar debería llevarse todo lo que infesta los sentimientos, todas las crueldades y noblezas del alma de cada ser deberían ser ahogadas. 'Eres nadie, al final, siempre vas a ser una cobarde contradicción'. 

De pronto, y en medio de su fatiga y preocupación, empezó a reír, y a carcajadas. La gente lo miraba al pasar y él seguía riendo. Es lo máximo esta sabandija, es un hábil soldado que juega ajedrez con la muerte pero nunca gana, vive de puros jaques. Y en su risa llegó a su montaña de nuevo, cogió su roca y, feliz, empezó su rutina de tantos siglos, de tantos tiempos. Y la roca no le pesó. Creyó.

'Quédate aquí, imbécil'-  le dijo su montaña, mientras sonreía y disfrutaba al tenerlo nuevamente a su lado.


jueves, 15 de julio de 2010

Es el deleite, el goce, la sonrisa maliciosa de saber que afecta, que daña bien, y sin dolor, como cuando ganas haciendo trampa y te burlas del resto. Es la tortuga sacando el cuello fuera del caparazón, el caracol que sale de su cáscara, se amarra bien los zapatos y corre por la vereda durante toda la noche mientras nadie lo ve.

lunes, 12 de julio de 2010

Solo un poco, entre paréntesis, a través de la rendija, mirade de rabillo, tibio, asolapado, comprimido. Así es el juego, así ha sido y seguirá, ¿o no? Tomorrow never knows, turn up your mind and relax...

miércoles, 7 de julio de 2010

Cuidado siempre

Es como meter la cabeza en una bolsa, luego la llenamos de aire hasta que no puedas respirar. Y cada vez que quieras decir algo, cada vez que la soltura de la lengua quiere emitir una nota musical que deseas tocar con énfasis, cada vez que intentes eso la bolsa se ajustará más. Y más.

La idea es no dañarse el rostro, no perjudicarse y poder aguantar la respiración todo el tiempo que puedas, que quieras, que sea necesario. Porque al final, puede venir alguien y pincharte, así el aire saldrá por una rendija de la bolsa, y sentirás paz, pero lo habrás perdido todo. 

Y es que, al parecer, a algunos les divierte, les sosiega, les llama la atención vivir en la asfixia, atados a una red tejida por sí mismos, la cual sirve de hamaca, de lugar de reposo, de quietud, de tranquilidad; y todo eso a sabiendas que debajo hay una plancha de púas y espinas listas para pinchar y penetrar en cada poro de felicidad engañosa que se tiene.

Entonces, a mecerse bien, no hay que quedarse dormido, hay que aprender a dominar la hamaca. La vida enseña a soñar, pero no a dormir. Equilibrio.