jueves, 1 de octubre de 2015

There is a light and it never goes out

miércoles, 5 de agosto de 2015

By the hand



La nostalgia es la charla cotidiana, del recuerdo de días de gloria y la rabia de días oscuros.
La conciencia es la conversación del amor confuso, la mirada a la nada que place.
La añoranza es el Café, la esquina, el haber estado allí y querer volver by the hand
La realidad es máscara, carcasa, pose inestable que se dobla en cualquier tiempo y lugar.
La verdad es luz, resplandor y fuego, única forma de hacerse bien.
La paciencia es la Tierra y el Cielo. El cuerpo y el ama. Su pronta comunión.
La apariencia es sombra, caverna platónica, tan frágil como duradera. Depende del mundo.
La vida misma es lo anterior. 

Now if you can stand
I would like to take you by the hand,
And go for a walk 
past people as they go to work. 

Oh, let's get out of this place before
they tell us that we've just died. 

Move, move quick, you've gotta move. 
Come on it's through, come on it's time. 
Oh look at you, 
you're looking so confused
just what did you lose? 

If you can make an order 
could you get me one. 
Two sugars would be great 'cos I'm fading fast
 and it's nearly dawn. 

If they knocked down this place, this place, 
it'd still look much better than you. 

Move, move quick, you've gotta move. 
Come on it's through, come on it's time. 
Oh look at you,
you're looking so confused, 
what did you lose? 

Oh, it's ok it's just your mind. 

If we get through this alive 
I'll meet you next week, same place, same time.

Oh move, move quick you've gotta move. 
Come on it's through, come on it's time. 
Oh look at you, you, 
you're looking so confused,
 what did you lose? 

That's what you get from clubbing it. 
You can't go home and go to bed because it hasn't worn off yet 
And now it's morning there's only one place we can go. 
It's around the corner in Soho where other broken people go.

Let's go.

                                                               Bar Italia - Pulp (1995)

viernes, 19 de junio de 2015

Blancura

¿Qué esperas?
para ser y hacer ser
para pintar el círculo 
y hacerlo ondulante

para brillar sin acidez
y rozar al mundo con tu aura
y sentir la cercanía con gritos
y emular nuevamente al héroe
recordando hermosas batallas
sangrientas, dulces y sublimes

¿Qué esperas?
para volar y atacar, dragón
para rugir y proteger, león

para sentarte del lado de las sábanas
para cubrir con calor ese lugar
que falta




miércoles, 27 de mayo de 2015

Ciruelas

Sueño de ciruelas
El aroma de siempre
Esas ganas que acaban y reinician al encontrar el suspiro años después.

Se entiende: el artista observa cómo el violín cae el suelo, se rompe y nunca volverá a poder tocarlo. Y el dolor se esparce, como la sangre en el suelo luego del balazo, como la llegada ligera y débil de la espuma a la orilla, se hace grande y se evapora.
Una pena que se suma al desencuentro, a los minutos inexactos, a los números primos coqueteando inútilmente a sabiendas de la imposibilidad de estar pegados. Con esa facha ya no queda otra, a meterse en la cama y a esperar. Esperar la puerta, las cortinas y la sala, esperar el llanto, el rezo y la recámara, esperar que el sabor tabaco no se acabe, esperar que Azrael -burlón y degenerado- llegue lentamente con la plumilla a cosquillearle la nariz. Y de noche.

Es la sensación de trepar el muro más alto para caer y volver a hacerlo. Y uno, desde la ventana, abre los brazos con la mente y cierra el puño con furor. No puede creerlo pero está, nuevamente, cara a cara consigo mismo...y recupera el aliento... no, espera... se le va... lo coge con la mano, se escabulle, se resbala, se escurre en la idea de la sorpresa; ojos bien abiertos y pudor: se dice verguenza, carga el bulto a pesar de todo, estira el brazo pero éste se extingue con una alarma, con un ruido de soplo, de viento, de espíritu, de fugacidad.
Ráfagas dulces, sabor lápiz de labios, sabor rosa, completamente amalgamadas en la esfera de la inconsciencia y la duda. Plenitud.

Buenas noches, otra vez; y si te vuelvo a encontrar, haz lo que hizo Iraneh, sigue de frente con rigidez inquebrantable, da la vuelta y rompe en llanto. Que la esquina de la plaza sea tu única testigo, óyelo bien, la única. Que el viento raspe la cara, el dorso, la piel y el pecho. Que te hundas en la huella de lo que pudo ser y que se esfuma siendo nada. Un simple cruce de caminos (¿cuántas cosas ocurrieron para que se unan tantos siglos después y en el lugar más letárgico e iracundo?), uno de los dos debió equivocarse: uno debió devolver el violín, o el lápiz de labios. Uno no debió ir al mercado ni comprar ciruelas, hubiera sido mejor elegir una tienda alejada, donde pueda respirar y ahogarse, sin que nadie los vea.

Yeki bud yeki nabud.


jueves, 30 de abril de 2015

Pretensiones

Y arrojarte a la pared,
como un póster de humanidad
Luego, arrancarte el plástico
con ráfagas

Respirarla
dejarla sin color y sin saliva
Absorber su piel
instalarla en mis sentidos
bien mar adentro
bien fija
bien tatuada.







sábado, 25 de abril de 2015

A nadie

Respirar puede ser un punto de escape. Un agujero limpio dentro de la maceta, con profundidad de colores y retazos de ansiedad. Y mientras el aire va y viene, la mente ha decidido descender, con paracaídas para hacerse de tranquilidad. Aunque eso no excluye que la siga extrañando.
Tarea coqueta, de poco alcance, de gran ardor. Texturas ásperas, de las que dejan astillas entre la uña y la piel. ¿Cuándo y cómo llegará el momento de la presunción, del baile eterno encima del fuego?

¿Hacia dónde tenemos que llegar? Porque todo el mundo anda apurado, corriendo y jalando. ¡Dale, apura! ¿Qué esperas? El tema, mandraques de inframundo, es si alguna vez se preguntaron si alguien quería seguirlos, o teníamos que hacerlo a su ritmo. A lo mejor tu punto de llegada no es el mío, no hay necesidad de correr, imbéciles. Aquí nadie quiere ayuda,  nadie la pidió; aquí nadie quiere ir adonde todos siguen yendo. Este es el mundo de las sombras, cálidas y cómodas. Aquí la vida es más simple y más sincera: no necesitamos banderas.

Ahora bien, tampoco se trata de ir en contra. Puesto que los extremos son siempre vicios, la idea es simplemente vivir con un cartel de "no molestar". Suficiente. ¿Se encontrará la llave para dicha puerta? Qué difícil es conocerse, qué difícil es concentrarse, por ejemplo, tan solo en la nariz. Y navegar a partir de eso, con el timón bien puesto, con la sangre flotando, con la prudencia de mochila. Pero eso sí, no olvides lo que le dijeron a Watanabe: nunca te compadezcas de ti mismo que eso es para mediocres.


Que siga el circo; tormenta, ventisca, sequía o lo que sea, a jalar para adelante. Sin darnos cuenta seguimos encajando nuestro rompecabezas con piezas de oro, con piezas de barro, algunas más grandes, otras oscuras; todo cuenta aunque nada haya al final. Después de todo, no tenemos que seguir a nadie. Aunque eso no excluye que la siga extrañando.


sábado, 11 de abril de 2015

Coincidencias

¡Mefisto! ¿Por qué será? ¿Otra vez en problemas? Apareces hasta de casualidad, en la acción menos deliberada. O a lo mejor la más. Oréxis bouletiké.

Figúrate, vaya respuesta que le diste al Coro. Ahora entiende la gracia de la casualidad. O, como dicen los paganos de mucha fe (innecesaria), de las coincidencias. 

Ligamentos de cera, mitad oro, mitad hielo. ¿Existirá al menos por un momento, por un instante, ese grado de conexión que se le escapa al futuro y se le adelanta al pasado? El equilibrio no es cuestión de precisión, es cuestión de voluntad.

¡Mefisto! Tú de nuevo, saltando del 1 al 11, como siempre haciendo trampa o, como bien dices, buscando lo que quiere porque lo quiere. ¿Qué será de la sangre, del terciopelo?

Y mientras se preguntaba todo eso llegó una extraña correspondencia. Al revisarla acusa un sobresalto sordo, lerdo, casi para seguir la corriente, pero deliciosamente atractiva, porque también los lobos se mojan los labios.
Y al observar el nuevo bosque, se da cuenta de que la ilusión  no es nada al costado de realidad (pero en la otra cerca, claro). Y, ojo, no es que sea su sensación, tampoco su corazonada; ahora se trata de un cartel enorme que, letra por letra, informa todo eso. Y que, entrelineas, dice mucho más. Copiado, sargento.

¿Y ahora Mefisto? Tu música suena muy bajito.  De rey te fuiste hasta peón. Te lo dijeron, te lo advirtieron. Pero, tú,  y dale con la esquina de siempre. ¿Tanto? Mira el sombrero, un par de monedas, y de las más chicas. Ya ni mires al frente.

                                                                            γνῶθι σεαυτόν

Pero con todo, se acuerda cuando la coronó, cuando las chispitas mariposa la hicieron sonreír. Y que esa sonrisa aplaste a su miedo, a su árbol escondite y a todos los enigmas de la aceptación propia. ¿Qué será todo esto? Probablemente una coincidencia  ¿ o la primera de 80 años? Qué más da, Mefisto, qué más da. 
Total, la despedida siempre es con uno, con sus brazos y sus piernas. Porque, desde el principio hasta el fin, los abrazos existen al contacto. Lo demás se acaba, o lo que es igual, nunca llega a empezar.