Esquirlas de diluvio. La somera y socarrona muestra de la
ilusión, de colores (más grises que alegres, más misteriosos que nunca) Islas
de lamento que se burlan del tonto que mira el horizonte pensando e imaginando
nuevas rutas.
-Caerás de nuevo. ¿Caerás de nuevo?- le dijeron
-Lo imposible ha muerto hace varias lluvias y varios
soles- Respondió con esa seguridad, que utiliza como disfraz de sus miedos, de
manera impecable hace tanto tiempo.
Pero estando en el nido, allá en lo más alto, le siguen
disparando de todos los flancos. Y aunque día a día va eliminando al enemigo, siempre hay más. Anoche, por ejemplo, una
ráfaga de ataque doble fue muy bien esquivada. Aunque hasta ahora se pregunta
por qué renace un flanco ya dado por muerto.
Y, a pesar de todo y como siempre, mira adelante y ya tiene
un objetivo. Tan difícil para tantos y tan común para él. Esperemos que la
faena se cumpla a cabalidad, que los grillos hagan silencio en el momento del
silencio y que vuelvan a raspar las patas sólo cuando él lo indique.
Ébano y nariz puntiaguda, rostros de luna media, intrigantes
formas y gestos de frambuesas. No importa la dificultad, en la guerra siempre
hay varios heridos: sobre todo, inocentes. Pensará, tal vez, en vencer a su más
terrible enemigo: la impaciencia. Y ésta, asumida como una reina con el cetro
en la mano, invita a la incertidumbre y a la esperanza: un par de putas que
viven para regar todo lo hecho y desnaturalizar la belleza de a golpe (o
lentamente, lo cual resultaría más placentero)
“Happiness is a warm gun”
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