sábado, 8 de junio de 2013

Topo

Sentado se seca. La madera raspa y quema. La silla calienta el alma y colma la paciencia.
Al otro lado del mar: olas campana que rompen en rocas: Espuma, suciedad, asco: Cólera.
Quién sabe en qué andará el mundo a estas horas... no se sabe, pero se cree. Y no olvides que alucinar siempre el primer paso de la demencia.
Regresa a la cueva, topo masoquista. No quieras seguir viendo luz, no a la tortura por hoy. Declara la huelga. Aunque le fascina la condena.

                                                       

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