domingo, 11 de agosto de 2013

Situaciones

De un tiempo a esta parte ha empezado una batalla, la batalla. 
Era siempre tan simple y sinsentido, tan puro e inmaduro, tan sin preocupaciones, tan sereno, tan infantil y placentero; y míralo ahora, todos los días parece un adulto. 

Y más aún, la sentencia aristotélica de la philía reencarna en el aire y le hace ver que siempre, toda la eternidad, los antiguos tendrán más razón: Hora de correr y buscar, ¿pero qué? ¿dónde? ¿cómo? Al parecer el bosque se apagó y es más oscuro de lo usual. Interesante muestra de mutabilidad de los pensamientos.

Es el momento en donde aparece un muestra traicionera de melancolía para darle un palmazo en la frente, despertarlo y hacerle reaccionar. Pensaba que había encontrado antídoto, pero no es tan fácil, no al menos en la situación en la que se encuentra el mundo a su alrededor.

Y mientras avanza piensa que caminar equivale a reptar, a pasearse por los suelos con una sola idea en la cabeza, una sola sensación que no le deja descansar ni cuando está descansando, una luz que le harta mirarla, una sombra que parece seguirlo respirándole detrás del cuello: Tiene miedo, como nunca antes en toda su vida está experimentando la terrible y zigzagueante situación de tener miedo.

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