Porque dice que sí, cuando toda la semana esperó el momento para decir que no.
Porque se entrenó duro para no perder por K.O. Luego se descubrió y le aplicaron el gancho furibundo.
Porque estaba a punto de hacer el gol del triunfo como lo había soñado, y la tiró por encima del arco.
Porque su seguridad, tan racional y condensada, se derritió en un instante dejando pasar a la pasión.
Porque lavó la ropa y cuando llegaba a casa la canasta se le cayó en el fango...
Porque creyó tener la razón durante todo el debate, y al final lo convencieron.
Porque sigue mirando televisión a pesar de que esté apagada.
Porque aún limpia y arregla el hotel que nadie habitará nunca más.
Porque la taza de café no estaba caliente, y él se la terminó toda.
Porque la intriga y curiosidad aparecieron nuevamente cuando ya las había desaparecido días atrás.
Porque las mangas siguen sucias a pesar de que juega con los pies.
Porque tiene una cana en medio de la negrura del cabello.
Porque se afeitó para quitarse la máscara y luego se puso otra, la primera que vio.
Porque piensa que la piedra no pesa y cada vez hay más heridas en la espalda.
miércoles, 21 de abril de 2010
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