sábado, 20 de noviembre de 2010

Minino

Leoncito que escapaste de la jaula. Tu reinado es una risa.
Camina completamente solo, moviendo la cola, mirando al sol con un ojo, el otro le pesa mucho. Así es siempre, todo le pesa mucho.
¡Cuidado fiera! Aquí en la carretera no eres nadie, eres poco más que un bulto brillante. Ya no das miedo, ya no  impones respeto, ni autoridad, ni admiración. Minino.

¿Qué se siente? Inseguridad en la melena, nunca tan incapaz. Y reniega cuando un camión pasa a toda velocidad  y-no-le-que-da más remedio que hacerse a un lado, sentir el viento como un golpe en el rostro y dejar que el bólido lo vuelva a avergonzar. Minino.




Ni siquiera hay huellas, tampoco nadie que diga "Allá va el rey". El rey de una burbuja de barrotes rota. ¡Él mismo la rompió! Abrió el hocico, la mandíbula y los dientes hicieron el resto, faena espléndida. Pero miren cómo termina aquel que irrumpe a mundos que no le pertenecen. Minino.

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