viernes, 8 de octubre de 2010

antinomia

El día mágico, resplandeciente, feliz. Sonríe e ilumina el alma.
Una noche sensacional, llena de gestos, de pinceladas en la pared, de trazos fuertes, de palpitaciones de las venas, genuinas, puras, como siempre. Lo idóneo nunca fue tan simple.

El vagabundo no puede estar más feliz, nunca en su vida. Feliz de la vida y de lo que le pasa. Es todo lo que había deseado. Detalles a la orden del día. No muevas ni un dedo, esperas y sigues feliz.

El amanecer ha sido sublime. Incluso más parecido al chocolate. Dulzura se respira, tranquilidad brotaba y brota de sus poros. Así es como debe ser. Se siente él, auténtico, único. 

Hoy vive de la sonrisa, y sigue recogiendo la alegría que se le desparrama en forma de gotas hacia el suelo. Y más tarde será mucho más feliz, lo sabe. Se sentirá más importante y tomado en cuenta que nunca. Porque sabe y siente que es la prioridad, que no es secundario, que es la razón de ser del pintor. De aquella deidad que hace y deshace de él, como quiere y cuando quiere.
Y se siente fuerte, con más energía, para nada cansado, siente que encaja, que no hay lugar a reclamos, ni a quejas, ni a críticas. 

¿Y en qué anda el artista? Mirando al horizonte, maquinando, inventando a las musas que desaparecen para dar paso a algún cíclope que terminará pareciendo un viejo duende norteño. Porque parece que todo le da vueltas, le va y le viene. Y así, el vagabundo que se cree la estrella del circo no es más que una panel tirado y pintarrajeado que lo levantan y exhiben de vez en cuando. (Pero shhht, no le digan. Esto no debe saberlo)

Nuevamente ha llegado la hora, la felicidad del muñegote vuelve, arruga sus camisas y se despeina. Es que debe entrar al cuadro otra vez, la burbuja lo espera. ¡Qué cómodo se siente!



PD. imposible

Un día que no existe el vagabundo se bajará del cuadro, se amarrará los zapatos y saldrá por la puerta, con el pecho inflado y la mirada gélida. Sabio él. Obviamente se irá, doblará la esquina y se romperá en llanto. Pero lo habrá hecho ¿será ese su lugar?.

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