Los genios son reconocidos, justamente, por su genialidad. Los que no podemos serlo estamos condenados gustosamente a pasar desapercibidos.
martes, 29 de junio de 2010
La cura no es igual al sosiego. Pero ambos funcionan. Y cuando hay sosiego parece que hay cura frente al mal. Momentos nada más. Con pinzas y atento, como un carpe diem prudente, a medias, tibio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario